Más de 160 millones de menores en el mundo trabajan en la actualidad. Muchos lo hacen por ayudar a sus familias, que son pobres, pero otros son explotados con las peores formas de esclavitud: trata, reclutamiento forzoso, matrimonio temprano… Hay alrededor de 93 millones de niños y 67 millones de niñas que trabajan y que han dejado su infancia por tener que trabajar y por no poder ir a la escuela ni jugar. ‘Canillitas’, que también es como se conoce a los menores que trabajan en muchos países de América porque mueven sus canillas (piernas) es el nuevo documental que aborda esta realidad y cómo los misioneros salesianos se enfrentan a ella en República Dominicana. El documental se estrenará el próximo jueves, día 21, a las 19:30 horas en el Palacio de la Prensa de Madrid.
El nuevo curso que acaba
de comenzar en el mundo lo ha vuelto a hacer con alrededor de 240 millones de menores que no pisarán las aulas. Muchos no irán
porque tienen que trabajar y
otros por la gran distancia que tienen que recorrer hasta la escuela más
cercana. Desde Misiones Salesianas ponemos en marcha la campaña Soñar
sin cadenas para visibilizar la situación
de millones de menores en el mundo que no pueden cumplir sus sueños de un futuro lleno de oportunidades
por las ataduras del trabajo infantil.
Moisés, Cristóbal,
Edwin, Aquiles, Kioranny y Abril son seis menores que proceden de familias desestructuras y viven en barrios pobres y peligros de Santo Domingo, en República
Dominicana. Trabajan limpiando zapatos, vendiendo fruta, limpiando casas, cuidando
bebés y lavando coches… “lo hacen para ayudar a sus
familias, que son pobres, no son conscientes de que sus derechos como menores están siendo vulnerados”, explica Karen Montás,
directora del programa salesiano Canillitas con Don Bosco.
En diciembre se
cumplirán 38 años desde que el misionero
salesiano Juan Linares tuvo la idea de
dedicar un programa a los niños en situación de calle que se
dedicaban a trabajar. Así nació en República Dominicana el programa Canillitas con Don Bosco. “Nos acercamos a estos menores
para ganarnos su confianza con juegos y
actividades de ocio, después nos preocupábamos por su
familia, por si iban a la escuela y, finalmente, les ofrecíamos la posibilidad de estudiar o de aprender un oficio para que dejasen
de trabajar”, recuerda el salesiano.
El Sistema Preventivo es una garantía para lograr la
reinserción social de los menores trabajadores
El programa Canillitas
con Don Bosco es un ejemplo de que el Sistema
Preventivo de Don Bosco es exitoso y consigue
reintegrar a estos menores con sus familias y en la sociedad. “Nuestra labor en
el programa consiste en recupera la alegría de la infancia, y
lo hacemos robándole tiempo al trabajo por cosas que les
interesan y les gustan: el colegio, el juego, los paseos…”,. “Tratamos de prepararlos para la vida, para que sean menores de nuevo y dejen de ser adultos a destiempo”.
“Claro que nos da miedo lo que hacemos, porque nos pueden pegar y muchas veces nos han robado, pero lo hacemos para
ayudar a nuestras familias, porque son pobres”, explica Moisés, de 14 años.
“Por la mañana voy a la escuela. Desde hace tres años
estoy en el programa Canillitas con Don Bosco y aquí me han enseñado a leer y a escribir. Por la tarde y los fines de semana
voy algunas horas al malecón a limpiar zapatos a los turistas para conseguir algo de dinero, pero nunca voy solo por
seguridad”.
El documental Canillitas,
dirigido por Raúl de la Fuente (tres Premios Goya) y de 21 minutos de duración,
narra los problemas diarios y los sueños de los menores
protagonistas, que compaginan su trabajo con la escuela y a los que el
encuentro con Don Bosco les ha cambiado la vida, porque ahora quieren
seguir ayudando a sus familias, pero convirtiéndose en buenos profesionales.
Sólo en República Dominicana hay alrededor de 340.000 menores que trabajan. Gracias al trabajo de los misioneros
salesianos, en colaboración con la Sociedad Civil y el Gobierno dominicano, la
cifra de menores que trabaja se han reducido mucho en los últimos años. Los
programas salesianos con los menores trabajadores han atendido en estos casi 40 años a 93.000 niños, niñas y jóvenes, y se ha llegado a
impactar de forma directa en más de 70.000 familias y 150.000 personas beneficiadas.
Canillitas, por tanto, pretende ser un ejemplo esperanzador de que es posible acabar con la lacra del trabajo infantil en el mundo y ofrecer educación de calidad y oportunidades a los menores que se encuentran explotados en la actualidad.