Destacamos,
por su importancia, algunos párrafos de la conferencia presentada por Mons. Protase
Rugambwa, presidente internacional de las Obras Misionales Pontificias, llegado
desde Roma, durante las Jornadas Nacionales de Delegados de Misiones y la
Asamblea de Directores de las OMP de España, celebradas en Madrid del 19 al 21
de mayo.
“¿Es necesario hoy evangelizar?”.
Una pregunta que no admite respuesta si no es desde el amor: “Se vuelve
difícil, en nuestro ambiente socio-cultural, aceptar a ojos cerrados, por pura
fe e idealismo, una causa por la que gastar nuestra vida. Sin embargo, el
Evangelio no admite cálculos. Lo único que nos empuja en el camino de la misión
es el amor, que no hace cálculos de ningún género”. Por eso, apuntaba, “es la
fe, la confianza absoluta en la gracia y en la benignidad de Dios, la que hace
que se extienda el celo apostólico, y que empuje a una persona a transmitirla.
Es de Cristo crucificado de quien se asume la inspiración y la fuerza de hacer
el sacrificio completo de nosotros mismos por el Reino de Dios”.
Sin enviados no hay misión – también
planteaba la pregunta fundamental, que identificaba con la pregunta de la vocación
del profeta Isaías: “¿A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?” (Is 6, 8).
“Esta pregunta, crucial, resuena todavía hoy frente al complejo e inmenso
Areópago que es el mundo. Isaías pudo responder con confianza y valentía. ‘Aquí
estoy, mándame’. ¿Estamos todavía hoy dispuestos a responder con valentía y
firmeza a la petición de Dios? Una respuesta, como la dada por Isaías, supone
una decisión radical a contracorriente, preliminar y necesaria: es la decisión
definitiva e irrevocable por el Reino de Dios. El Reino, que está en medio de
nosotros en Cristo, es el Absoluto, la única prioridad, frente al cual todo lo
demás es marginal y provisional, y por el que mi ser, mis cualidades, mis
bienes, en breve, mi vida, adquiere valor”.