El próximo domingo 6 de marzo se celebra el Día de Hispanoamérica para ayudar a los 288 sacerdotes españoles de la OCSHA (Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana). Ellos son portadores de la Misericordia de Dios en los rincones más recónditos de la tierra.

El cardenal Ouellet no solo invita a los misioneros a pasar por la Puerta Santa de las catedrales o santuarios de las Iglesias en que sirven, sino que también les pide que vivan el Jubileo “en toda su profundidad, verdad y belleza”. “Esta experiencia jubilar –les dice– nos pacifica el corazón, nos pone nuevamente en camino más allá de tropiezos y caídas, nos llena de alegría y esperanza, nos alienta ante las dificultades y fracasos, nos convierte en ‘testigos de misericordia’ allí donde la Providencia de Dios nos ha destinado a servirlo en sus hijos más necesitados”.
El presidente de la PCAL recuerda también que el amor de Dios no tiene confines y que supera todas las fronteras, ya sean estas geográficas, étnicas, sociales, políticas o culturales. “Está destinado a todos, sin excepción, sin exclusiones”, insiste. “La misión no es otra cosa que compartir la misericordia compasiva y redentora que Dios me ha hecho experimentar y que quiere ofrecer a todos los hombres”.