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jueves, 30 de octubre de 2025

Muchas gracias Diócesis de Tui Vigo por vuestra generosidad y oraciones.

 "Quiero daros las gracias a todos los que sois misioneros de esperanza, y lo sois todos los que nos habéis ayudado. Con vuestra oración, con vuestro sacrificio ofrecido, con vuestro donativo, hay hombres y mujeres en el mundo que están conociendo a Cristo, que es su esperanza. Nos lo agradecía el Santo Padre León XIV en su vídeo y yo os lo agradezco también en nombre de las OMP de España."

Fueron palabras de Don José María CalderónDirector de Obras Misionales Pontificias (OMP) .


Así mismo desde la delegación de OMP Tui-Vigo, hacemos llegar el agradecimiento a todos... Parroquias, Colegios, Residencias, Comunidades religiosas, entidades publicas y privadas, a nuestros benefactores;  quienes hicieron posible que un año más, nuestros misioneros continúen llevando esperanza en las tierras de misión; Dios os premiara!!








viernes, 17 de octubre de 2025

ROMERÍA MARIANA POR LOS MISIONEROS DE ESPERANZA ENTRE LOS PUEBLOS

 

El pasado sábado día 11 de octubre, se llevó a cabo la  Romería en honor a Ntra. Sra. reina de las Misiones , 61 personas acogieron la invitación; entre ellos procedentes de las Parroquias de Fátima, San Salvador de Teis, La Inmaculada, Santa Teresa, Santa Clara, Santa Marina, San Fausto de Chapela, Santiago de Redondela, San Miguel de Ventín de Fornelos de Montes y  Ntra. Sra. de Lourdes de Mondariz Balneario.

En dicho encuentro se hizo entrega de un pequeño pero significativo presente a la hermana Lourdes Gabilondo mfm por sus 18 años de labor en la delegación de OMP Tui-Vigo; así mismo el recorrido  estuvo acompañado de un tiempo espléndido, hubo cánticos, oraciones y acción de gracias a Dios.

Todos congregados por un solo fin: celebrar un día de jornada en unión con María la madre de Jesús, por todos los misioneros y misioneras que en un tiempo dejaron su patria natal por extender el Evangelio.


Castro de Troña, Mondariz Balneario.


Templo parroquial Nuestra Señora de Lourdes; Mondariz Balneario.


Visita guiada y ágape en Mondariz Balneario.



Celebración Eucarística; Santuario de Nosa Sra. Santa María de A Franqueira.

jueves, 16 de octubre de 2025

"CHICLAYO EN EL CORAZÓN" LA AVENTURA DE UN MISIONERO.

 Viernes 17 de octubre, 19,45h, Coloquios en La Soledad.

Presentación del libro: “CHICLAYO EN EL CORAZÓN”

Es el título que recoge “la aventura peruana de don Guillermo Areán”, que mañana viernes 17 de octubre a las 19,45 de la tarde, será presentado al alimón por sus autores en la “Biblioteca Eijo Garay”, sita en los bajos de la parroquia de La Soledad (O Castro). La entrada es libre.

Don Guillermo (Vigo 7/12/1933) fue misionero en Perú durante cerca de 30 años y a su regreso a la diócesis fue párroco de Saiáns y Priegue; director diocesano de las Obras Misionales Pontificias; párroco de san Martín de Coia (1996) y desde noviembre del pasado año viviendo en la Residencia Sacerdotal Nosa Señora da Guía en Vigo. Antes y tras ser ordenado sacerdote (1958) había sido encargado de Guizán, vicario de la Inmaculada y profesor de religión en los colegios vigueses de Cluny y el Alba, hasta que en 1964 se trasladó como misionero a la diócesis de Chiclayo en Perú, cuya aventura misionera revive ahora en el libro.     

Recuerda sobre todo su labor en Chiclayo, la diócesis de la que fue Obispo el Papa León XIV, y revive en el libro - en cuya  edición final colaboró mucho Antonio Monturiol-, su entrega juvenil y generosa y cómo allí hubo de darse del todo y darle a todo. Narra por ello entre otras aventuras, su especial colaboración en los apostolados de comunicación, de catequesis y como pionero en la fundación y puesta en marcha de las Aldeas Infantiles SOS Perú. Y todo esto no solo en la diócesis de Chiclayo sino en otras numerosas actividades pastorales de distintas diócesis peruanas.

Hijo de Gloria, la poetisa y pintora Tydeska,  de la cual heredó el gusto y facilidad para las artes y las cosas bien hechas, es el mayor de sus cuatro hermanos, uno de ellos Carlos, ya fallecido, también sacerdote.

(Extracto del libro)


Desde la Delegación de Obras Misionales Pontificias de nuestra Diócesis, felicitamos y agradecemos a Don Guillermo por su gran celo por las almas y por permitir a los lectores y amigos ser parte de su gran aventura.

lunes, 18 de agosto de 2025

DIOS NOS SIGUE INVITANDO A LA MISIÓN.

"No puedo callarme lo que a mí me ha salvado"
Javier Portela, cantautor

Todos los bautizados estamos llamados a la misión y esta llamada nos puede llevar por caminos distintos. Javier Portela es uno de los músicos católicos con más éxito de nuestro país que, lejos de esconder su talento, lo ha puesto al servicio de la misión.

"Yo estoy viendo cómo el Señor me lo está pidiendo de forma muy clara, muy concreta, a través de la música y también a través de las redes sociales. Pero sobre todo a través de la música, porque la gente necesita saber que hay esperanza, que el mundo no tiene la última palabra, que el dolor no tiene la última palabra, que el mal, aunque parece que hace mucho ruido, no es lo más generalizado."



OMP lleva la esperanza a Sudán del Sur: 100.000€ en tres años para alimentar a los niños de Yuba

Sudán del Sur lleva más de 10 años sufriendo los estragos de una guerra civil que, como siempre, afectan de manera cruel a los más vulnerables: los niños. Muchos carecen de alimentos y no pueden cubrir sus necesidades básicas. Gracias a Infancia Misionera, OMP ha enviado 100.000€ en los últimos tres años para dar de comer a los alumnos de las escuelas de Yuba y darles esperanza en medio del conflicto.

"Nunca me he sentido abandonado por Dios"
Francisco Javier Olivera, sacerdote misionero en Mongolia

Javier Olivera es de Salamanca pero, con 19 años, se fue a Japón y allí se ordenó sacerdote. Ahora es misionero en Mongolia donde, nos cuenta, la labor de la Iglesia ha adquirido visibilidad tras la visita del Papa Francisco.
"En Mongolia hay mucha gente abandonada, abandonada completamente. Se abandona a los niños, se abandona a los abuelitos, muchos borrachos tirados en la calle y no hay nada ni nadie que les ayude. La presencia de la Iglesia hace ver a la gente que se puede hacer algo por otro sin esperar dinero, sin un sueldo. Yo hago esto por amor al otro. ”
Lee aquí su entrevista.


viernes, 8 de agosto de 2025

COMENTARIO BIBLICO - XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (AÑO C)

 XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (AÑO C) 

Sab 18,6-9; Sal 32; Heb 11,1-2.8-19; Lc 12,32-48

COMENTARIO 

Para la sabiduría del discípulo en la vida a la espera de Cristo.

La enseñanza del Evangelio de hoy continúa con la perspectiva sapiencial de la vida cristiana que se nos ha enseñado en los últimos domingos. Esta sabiduría significa saber “enriquecerse ante Dios” y no para sí mismo o ante los hombres, es decir, orientarse constantemente hacia Dios en la vida. Jesús vuelve a insistir ahora en algunas actitudes fundamentales concretas para sus discípulos, llamados así a ser cada vez más sabios en la vida para transmitir la sabiduría divina a los demás.

 

1. «No temas, pequeño rebaño»: la valentía de los discípulos del reino.

 

En primer lugar, Jesús se dirige directamente a sus discípulos para exhortarles a un abandono radical de todas las posesiones con vistas a un bien superior: el reino de Dios: «Vended vuestros bienes y dad limosna». Se trata de insistir en la prioridad absoluta del reino, y su venida, por la que Jesús había enseñado a sus discípulos a rezar en el Padrenuestro. Él mismo, inmediatamente antes de este pasaje del Evangelio de Lucas, sugiere, incluso recomienda: «Buscad más bien su reino, y lo demás [de la vida cotidiana] se os dará por añadidura» (Lc 12,31).

 

El razonamiento que subyace a una acción tan radical (darlo todo en limosna) es exquisitamente sapiencial, como explica Jesús en el evangelio de hoy. Se trata de obtener (a través de la limosna) «bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla», precisamente en la línea de las instrucciones de los sabios bíblicos-judaicos (cf. por ejemplo, Tob 4:8-11). En realidad es un “comercio sacro”, por utilizar la expresión “profana” del mercado. El pensamiento sigue la lógica de las parábolas gemelas que Jesús ha narrado sobre la realidad del reino como tesoro escondido y como perla de gran valore (cf. Mt 13,44-45): quién la encuentra, «va a vender todo lo que tiene y la compra» (Mt 13,46). Por eso, al joven rico que pregunta cómo puede heredar la vida eterna, Jesús le recomienda guardar los mandamientos de Dios y añade “una cosa” en particular: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme» (Mc 10,21; Lc 18,22).

 

Sin embargo, a pesar de la lógica de la argumentación, no todo el mundo era capaz de hacer un cambio de mentalidad tan radical por el Reino: hacerse pobre, hacerse pequeño para entrar en el Reino. Por eso, a los que lo hacen (y lo harán) está reservada la exhortación particular de Jesús que, para las primeras generaciones de cristianos, representó una dulce y conmovedora bendición (así como para toda nueva comunidad cristiana nacida en territorios de misión en cada época): «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino». Sí, hace falta una valentía “inspirada” e “iluminada” para abandonarlo todo por el Reino de Dios; esto supone salir con valentía de sí mismo y de toda restricción material terrenal visible para entregarse totalmente a Dios con fe y confianza filial, siguiendo el ejemplo de los ilustres padres y madres de la fe del Pueblo Elegido (exaltados en la segunda lectura). De hecho, Jesús concluye con unas sabias palabras, «donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón», que suenan como una advertencia para todos sus discípulos de hoy. Al fin y al cabo, es una sabiduría de lo alto que el mundo no entiende. En efecto, este abandono radical de los bienes terrenales por el reino por parte de los discípulos de Cristo será visto como una estupidez por el mundo, al igual que Cristo con el misterio de su cruz: una estupidez para el mundo pero una sabiduría de Dios.

 

2. «Tened ceñida vuestra cintura»: estar preparados para una nueva Pascua, el regreso del Señor.

 

De nuevo desde una perspectiva sapiencial, la segunda actitud que se exige a los discípulos es estar preparados para el regreso de Cristo, su Maestro y Señor. Esta petición parece casi “inapropiada” hacerla en época de vacaciones y, por tanto, de descanso y relajación para muchos. Sin embargo, es siempre la palabra de salvación que Dios nos da a cada uno de nosotros para recordarnos la verdad y la sabiduría de la vida: debemos estar siempre vigilantes en cada momento de la vida para estar listos para encontrarnos con el glorioso Señor, porque no sabemos «el día ni la hora» (Mt 25,13). No se trata de vivir constantemente en la ansiedad, en el miedo ante lo desconocido, sino sabiamente según la palabra de Dios que ilumina.

 

A este respecto, la sabia disposición recomendada por Jesús se ilustra con la imagen de «tened ceñida vuestra cintura» y «encendidas las lámparas», que se refiere a la experiencia de la noche del éxodo de Egipto en la historia de Israel, cuando el pueblo fue invitado a comer la Pascua con «la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano», listos para partir (Ex 12,11). Es la experiencia de la “noche de la liberación”, «[en espera de] la salvación de los justos», como vemos en la siguiente reflexión del libro de la Sabiduría (en la primera lectura). De este modo, la sabia espera de los discípulos de Jesús por su regreso tendrá siempre un carácter pascual gozoso ante la liberación definitiva de todo mal, por el que aún sucumben, y sobre todo ante la comunión perfecta y feliz con su Maestro y Señor que les ofrece todo. Este es el punto que Jesús ha querido enfatizar con una imagen hiperbólica y surrealista, es decir, que nunca sucede aquí abajo, sino sólo allá arriba: «[el señor] se ceñirá, los hará sentar a la mesa [a los siervos vigilantes] y, acercándose, les irá sirviendo» (Lc 12,37).

 

3. «¿Quién es el administrador fiel y prudente»: la llamada especial a la sabiduría para los discípulos “responsables”.

 

Por último, Jesús, provocado por la pregunta de Pedro («Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?»), quiere subrayar la especial vocación a la sabiduría de los discípulos “encargados” o “responsables” de las comunidades. Aquí, el evangelista Lucas le llama “Señor” precisamente para exaltar la autoridad divina y subrayar la importancia de su enseñanza. Sin embargo, es curioso que Jesús responda a la pregunta de Pedro no con un sí o un no, sino con otra pregunta que hace reflexionar a los interlocutores: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?» Esto nos pone de nuevo en el ambiente escolar con Jesús como maestro, al estilo habitual de los sabios bíblico-judíos.

Además, el lenguaje de la pregunta y de la enseñanza posterior resulta exquisitamente sapiencial, y el conjunto (palabras y expresiones) recuerda la reflexión bíblica sobre la historia de José el Patriarca (cf. Sal 105; Gn 39-41): «por delante había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo. (…) lo nombró administrador de su casa, señor de todas sus posesiones, para que a su gusto instruyera a los príncipes y enseñase sabiduría a los ancianos» (Sal 105,17.21-22). De este contexto bíblico-literario se desprende que el siervo-administrador de la parábola de Jesús no sólo debe ser fiel [digno de confianza], sino también sabio [prudente], pues alude a la figura del patriarca cuya tarea no era tanto administrar los bienes materiales como transmitir la sabiduría a sus súbditos (cf. Sal 105,22). Esta visión ideal de un buen administrador se refleja también en las acciones típicas de la “esposa eficiente” en Pr 31:10-31: «Todavía de noche, se levanta a preparar la comida a los de casa y repartir trabajo a las criadas (…) Abre la boca con sabiduría, su lengua enseña con bondad» (vv.15.26).

En esta perspectiva, el repartir «la ración de alimento a sus horas» que Jesús recomienda al administrador, mencionado en la parábola, se refiere a un cuidado “completo” no sólo del alimento material, sino también del espiritual. Así, la vigilancia de ese siervo, a la cabeza de los demás en la casa del Señor, se concretiza en el procurar de forma diligente los “alimentos” para los siervos, que también y sobre todo significa la enseñanza de la sabiduría. Esta es la vocación especial de los discípulos que el Señor ha puesto “a la cabeza” de sus comunidades. Están llamados a ser sabios en la vigilancia, cumpliendo fielmente el compromiso que el Señor les ha confiado. Por otra parte, se les exige que crezcan siempre en la sabiduría divina para proporcionar a los demás toda la enseñanza que han recibido del divino Maestro, porque, como el propio Jesús subraya,  «al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá». Esta será su misión especial, recordando lo que el Señor resucitado recomienda a todos sus discípulos: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20).

Oremos, pues, para que el Señor haga crecer en nosotros la sabiduría para no tener miedo al radicalismo evangélico por el reino, para estar siempre vigilantes y preparados para el encuentro gozoso con el Señor a su regreso, y para colaborar cada vez más fielmente con el Señor, cada uno según su vocación, en dar a todos el alimento necesario que conduce a la vida eterna. Amén. 

Pontificia Unión Misional – D.A.N. Nguyen 

Ver texto completo:

miércoles, 16 de julio de 2025

“Aprender la misión”: oportunidades de formación para el próximo curso

 Un año más ya está disponible el programa formativo de la Cátedra de Misionología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid. La Cátedra, impulsada por las Obras Misionales Pontificias, es una apuesta de formación en la misión y en la compresión de la responsabilidad misionera de todo bautizado.

El instrumento formativo con más solera de la Cátedra de Misionología es, sin duda, el Curso de Evangelización Misionera, una oportunidad para conocer los fundamentos, historia y espiritualidad de la misión, de “una Iglesia misionera que abre los brazos al mundo”, en palabras del Papa León XIV. Por este curso han pasado ya muchos laicos, sacerdotes, religiosas, misioneros y misioneras.

El programa, en realidad, se desarrolla en dos años, en dos cursos cíclicos, en los que se da un repaso sencillo pero profundo a los fundamentos en la Misionología tal como hoy se entiende y se vive. El primer curso de este ciclo bianual se ha desarrollado este año. El próximo (2025-2026) se desarrolla la segunda parte con materias como Antropología y misión; Historia de la misión; Inculturación de la fe y evangelización de la cultura; Algunos retos actuales de la misión: ecumenismo, diálogo interreligioso y pluralismo religioso; La espiritualidad misionera; y Animación, formación y cooperación misionera. La primera parte de este ciclo bianual volverá a impartirse el próximo año 2026-2027 y tiene como principales materias la Teología de la Misión, la vocación misionera y la misión como servicio de la caridad, entre otras.

El objetivo del curso es promover la formación de aquellos que, de un modo u otro, están interesados en la acción evangelizadora de la Iglesia, participan de grupos de animación misionera o tienen intención de realizar alguna experiencia de misión. La matrícula puede formalizarse en la Secretaría de alumnos de la Facultad de Teología desde el 14 al 31 de julio y, en septiembre, del 1 al 25. Las Obras Misionales Pontificias ofrecen becas. El programa del Curso de Evangelización Misionera aquí.

Otra de las ofertas que promueve la Cátedra de Misionología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso es el Curso de Preparación para la Misión, cuyo programa puede consultarse aquí. Ofrece la formación teológico-pastoral fundamental para conocer y vivir la misión ad gentes. Contiene los elementos básicos de la Teología de la Misión que fundamenta la vida y actividad misioneras, y proporciona la formación específica en áreas imprescindibles. Está dirigido a todas las personas que van a ser enviadas en misión ad gentes, para que reciban la formación necesaria para el desempeño fiel del ministerio recibido; también para aquellos que habiendo tenido una experiencia misionera quieren profundizar en sus elementos más significativos. Además es útil para la formación permanente de misioneros y misioneras que quieran actualizar su formación y, en general, para fieles de cualquier condición eclesial y voluntarios misioneros o de ONGD que quieran conocer mejor la especificidad de la misión universal de la Iglesia.

Un tercer ámbito de formación es el título de Experto en Misionología (aquí el programa), con el que se pretende atender a la creciente demanda que, tanto en las diócesis de España como de América Latina, se está dando de los estudios misionológicos. Va dirigido a bachilleres eclesiásticos en Teología o Ciencias Religiosas; o graduados universitarios que acrediten estudios teológicos en algún Centro Superior de Estudios. En cambio, para el Diploma en Misionología no hacen falta requisitos previos (aquí el programa).

Por otro lado, la Pontificia Unión Misional de Roma ha lanzado el primer Curso Internacional de Misionología, en una apuesta decidida por la formación en la misión. Un curso online en español que reúne todas las materias esenciales, en 20 sesiones y que comenzará el próximo 28 de octubre. Se trata de un proyecto organizado conjuntamente con las direcciones nacionales de las Obras Misionales Pontificias de España y Costa Rica, y sus destinatarios son directores diocesanos de las Obras Misionales Pontificias, misioneras y misioneros en activo, responsables de la animación misionera en parroquias y comunidades, religiosas y religiosos, y quienes quieran tener un conocimiento de la Misionología de acuerdo a la enseñanza del Magisterio reciente. El curso cuenta con una página web, donde se puede encontrar toda la información sobre el mismo.

“Para todos los agentes de la evangelización”, decía el Papa Pablo VI en un mensaje del Domund parafraseando su propia exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, tan querida y citada por el Papa Francisco, “se hace necesaria una seria preparación, y esta afecta a cada miembro del Pueblo de Dios, puesto que toda la Iglesia es misionera, y la obra de la evangelización es deber fundamental del Pueblo de Dios. Solo con esta formación se obtendrá una eficaz cooperación, aun con modos diversos: oración, sacrificio, ayuda económica, prestación personal, tipos de participación en tiempos y grados diferentes, consagración total y permanente”.

Fuente: https://omp.es/ompress/aprender-la-mision-oportunidades-de-formacion-para-el-proximo-curso/


martes, 8 de julio de 2025

León XIV: “Se necesitan obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión”

 OMPRESS-ROMA (7-07-25) Es lo que necesita este mundo, decía el Papa ayer en el Ángelus, “discípulos enamorados que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren”. El Evangelio del envío de los 72 discípulos de este domingo, decía, “nos recuerda la importancia de la misión, a la que todos estamos llamados”.

“Dios, como un sembrador, ha salido generosamente al mundo a sembrar y ha puesto en el corazón del hombre y de la historia el deseo de infinito, de una vida plena, de una salvación que lo libere”. De ahí que la mies es mucha, dado que los hombres y mujeres de hoy “esperan una verdad más grande, buscan un sentido más pleno para su vida, desean justicia y llevan en su interior un anhelo de vida eterna”. Pero, por otro lado, son pocos los obreros, “son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás”.

El Papa León XIV señalaba que “la Iglesia y el mundo no necesitan personas que cumplen con sus deberes religiosos mostrando su fe como una etiqueta exterior; necesitan, en cambio, obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren”.

Puede que no falten los “cristianos de ocasión”, que “de vez en cuando dan cabida a algún buen sentimiento religioso o participan en algún evento; pero son pocos los que están dispuestos a trabajar cada día en el campo de Dios, cultivando en su corazón la semilla del Evangelio para luego llevarla a la vida cotidiana, a la familia, a los lugares de trabajo y de estudio, a los diversos entornos sociales y a quienes se encuentran en necesidad”.

Para esto “no se necesitan demasiadas ideas teóricas sobre conceptos pastorales; se necesita, sobre todo, rezar al dueño de la mies. En primer lugar, pues, está la relación con el Señor, cultivar el diálogo con Él. Entonces Él nos convertirá en sus obreros y nos enviará al campo del mundo como testigos de su Reino”.

Fuente: https://omp.es/ompress/leon-xiv-se-necesitan-obreros-deseosos-de-trabajar-en-el-campo-de-la-mision/

lunes, 30 de junio de 2025

Una nueva misión en Sudán del Sur, con Cristo Eucaristía

OMPRESS-MÉXICO (30-06-25) La hermana Judit Chaboya, superiora general de las Adoratrices Perpetuas Guadalupanas, habla de la nueva fundación que están haciendo en Sudán del Sur. Esta congregación de fundación mexicana ha sentido la necesidad de compartir de su pobreza saliendo a la misión, impulsadas por su espiritualidad eucarística.

En la entrevista que puede verse aquí, la hermana Judit cuenta cómo su carisma, como se ve en su mismo nombre, Adoratrices Perpetuas Guadalupanas, es la adoración al Santísimo Sacramento: “Nuestro deseo es que más y más personas en el mundo se sientan amadas por Jesús, en la Eucaristía le adoren y estén muy cerca de Él; tengan la experiencia de un Dios que nos llena, un Dios vivo”. Nacidas en México, han querido abrirse a otras tierras, de ahí la fundación de una nueva misión en Sudán del Sur. “Nuestra madre fundadora”, cuenta la hermana, “es María de las Mercedes de la Santísima Trinidad Méndez Pérez Gil, nacida en Michoacán, México”. Era una mujer “que tenía un gran amor al Santísimo Sacramento y en el momento que conoce a las Adoratrices Perpetuas que había en Roma encuentra mucha afinidad”. La única diferencia es que incorporó la vida activa y vio en “la educación una manera de difundir el amor al Santísimo Sacramento”. Le tocaron años muy difíciles, como fueron los de la guerra cristera, cuando “muchas congregaciones, muchos sacerdotes, muchos obispos, tuvieron que trasladarse a Estados Unidos para ponerse a salvo ante la situación”. Como superiora general de la congregación que fundó la Madre Mercedes, la hermana Judit encuentra en ella inspiración en “su valentía, su pasión por llevar a Jesús Eucaristía, a donde el Espíritu Santo nos vaya guiando”. Y es que está convencida de “que no hay misión sin la Eucaristía. La Eucaristía es ese encuentro con Jesús vivo que nos permite, así como a la Magdalena, ir a gritar a los demás que Cristo está vivo y que vale la pena tener un encuentro con Él”.

La congregación cuenta con 21 comunidades en México, 17 colegios, y la comunidad de San Antonio, en Texas, con una guardería kínder”. Aunque han disminuido las vocaciones, cuentan en la actualidad con 150 religiosas. Fue en diversos capítulos generales de esta congregación cuando surgió la necesidad de salir, de ir más allá. El destino debía ser África o Asia y fue entonces, cuando se encontraron con la comunidad misionera de San Pablo Apóstol, que necesitaba apoyo para sus escuelas en Sudán del Sur. Las hermanas esperaron la invitación oficial, para analizarla y ponerla ante el Señor”. Junto al apoyo de esta comunidad misionera también les han brindado su experiencia los Misioneros Javerianos. Sudán del Sur, cuenta la hermana Judit, “es un país con muchísima necesidad. Yo creo que entre los países de África este es uno de los que tiene mayor necesidad”. Pero han encontrado fuerza también en su espiritualidad guadalupana. La Virgen de Guadalupe, “nuestra Madre de Guadalupe, es la misionera por excelencia y ahí sentimos que es donde encaja el ser misioneras”.

Tras la llegada de la invitación oficial a la fundación en Sudán del Sur, se visitó el país y se presentó un informe a toda la congregación. Se lanzó además la invitación a todas las religiosas, para que analizaran su situación y en la medida de lo posible se ofrecieran voluntarias. Salieron 19, que para las religiosas, por la fecha de su fiesta, es el número de San José. Estas hermanas literalmente dijeron: “Si me mandan, mañana yo me voy”. La hermana Judit cuenta que en Sudán del Sur hay muy pocas religiosas de todas las congregaciones, solo unas 120. Por eso, aunque “a lo mejor en México quisiéramos tener mucho más, ¿por qué no dar a alguien que también nos necesita? Es abrirnos para dar de nuestra pobreza a quienes también lo necesitan”. Además, está segura de que “nosotras recibiremos más de ellos de lo que podremos darles”.

Se establecerán en la misión de Ave María, en Sudán del Sur, que es donde están los misioneros: “Nosotras estamos destinadas a Sorchubu que está a 6 km de esta misión. La dinámica no es que vayamos a llegar y hacernos cargo de las escuelas. Necesitamos primero inculturarnos un poco, aprender de la cultura”. Tras un año, empezarán de lleno el trabajo educativo y harán una labor más directa. La hermana Judit está convencida de que no van solas, “hay muchísimas personas que nos están sosteniendo con su oración”. Además, “la valentía sale del Santísimo Sacramento. Cuando tú en verdad te encuentras con Él, transforma tu vida y no puedes quedarte quieta. Él es el que te mueve”.

FUENTE: https://omp.es/ompress/una-nueva-mision-en-sudan-del-sur-con-cristo-eucaristia/



viernes, 27 de junio de 2025

El Papa a los sacerdotes: queremos redescubrir juntos el impulso misionero

 OMPRESS-ROMA (27-06-25) “Ninguno aquí está solo, y aunque trabajes en la misión más lejana, nunca estás solo”, ha dicho ayer el Papa León XVI, tras el encuentro “Sacerdotes felices”, que ha promovido el Dicasterio para el Clero con ocasión del Jubileo de los seminaristas y sacerdotes.

Este encuentro con los sacerdotes ha dado testimonio, como decía el Papa, de que es posible “ser sacerdotes felices, porque Cristo nos ha llamado, Cristo nos ha hecho sus amigos”. Porque, “las palabras de Jesús: «Os he llamado amigos», no son solo una declaración afectuosa a sus discípulos, sino una verdadera clave para comprender el ministerio sacerdotal. El sacerdote, de hecho, es amigo del Señor, llamado a vivir una relación personal y de confianza con él, alimentada por la Palabra, la celebración de los sacramentos y la oración diaria. Esta amistad con Cristo es el fundamento espiritual del ministerio ordenado, el sentido de nuestro celibato y la energía del servicio eclesial al que dedicamos nuestras vidas. Nos sostiene en los momentos de prueba y nos permite renovar cada día el «sí» pronunciado al inicio de nuestra vocación”.

La formación sacerdotal, apuntaba el Papa, no puede reducirse “a la adquisición de nociones, sino que es un camino de familiaridad con el Señor que involucra a toda la persona”. Por eso, “solo quienes viven en amistad con Cristo y están impregnados de su Espíritu pueden proclamar con autenticidad, consolar con compasión y guiar con sabiduría”. El convertirse en amigos de Cristo “comporta vivir como hermanos entre sacerdotes y obispos”. Además formar sacerdotes amigos de Cristo “significa formar hombres capaces de amar, escuchar, orar y servir juntos”.

Por eso, animaba el Papa León, “queremos redescubrir juntos el impulso misionero. Una misión que propone con valentía y con amor el Evangelio de Jesús”, porque “cuando alguien cree, se ve: la felicidad del ministro refleja su encuentro con Cristo, sosteniéndolo en la misión y el servicio”.

Terminaba diciendo: “¡Gracias por lo que sois! Porque recordáis a todos que es hermoso ser sacerdotes, y que cada llamada del Señor es, ante todo, una llamada a su alegría. No somos perfectos, pero somos amigos de Cristo, hermanos entre nosotros e hijos de su tierna Madre María, y esto nos basta”.

https://omp.es/ompress/el-papa-a-los-sacerdotes-queremos-redescubrir-juntos-el-impulso-misionero/


29 JUNIO: SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES, SOLEMNIDAD

 29 JUNIO: SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES, SOLEMNIDAD
Hch 12,1-11; Sal 33; 2Tm 4,6-8.17.18; Mt 16,13-19

COMENTARIO

Unidos en la fe y la misión en Cristo

El 29 de junio, que este año ha coincidido con el día domingo, se celebra en todas las iglesias la solemnidad de los santos Pedro y Pablo. (Esta celebración litúrgica tiene prioridad sobre los domingos del tiempo ordinario). Estos apóstoles de Cristo constituyen dos pilares de la Iglesia y son testigos de la fe que han dejado una huella indeleble en la historia de la salvación. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, Pedro, llamado a ser el fundamento de la Iglesia, nos recuerda la importancia de la fe viva y del testimonio personal de Cristo. Pablo, por su parte, nos exhorta a vivir la llamada cristiana con valentía y dedicación, llevando la Buena Nueva de Cristo a todos los pueblos.

El pasaje del Evangelio de hoy nos ofrece valiosas pistas para reflexionar sobre su llamada a la fe, que es también la nuestra, y sobre la misión que el Señor confía a sus discípulos. En el episodio evangélico que acabamos de proclamar, junto a Jesús y sus discípulos en camino, llegamos a un punto de inflexión de su misión, cuando Jesús pide a los discípulos y obtiene de Pedro, como representante de su grupo, la profesión de fe en su identidad mesiánica. Para comprender mejor el significado del episodio, así como las palabras de Pedro y de Jesús para la misión de aquel tiempo y para la nuestra, es necesario profundizar algunos detalles, aparentemente no relevantes y, por eso mismo, frecuentemente dejados de lado, comenzando con la indicación del lugar del evento.

1. El importante contexto de la confesión de fe de Pedro

Solo los evangelistas Mateo y Marcos indican el contexto geográfico del episodio: «en la región de Cesarea de Filipo». Se trataba de una ciudad de estilo grecorromano, reconstruida por el tetrarca Felipe en honor al emperador César Augusto en un lugar llamado antes Panea (en honor a Pan, divinidad de la naturaleza selvática). Por eso, el historiador hebreo del siglo I, Flavio Josefo, menciona la ciudad con el nombre de Cesarea Panias. La arqueología moderna ha encontrado los restos de esta divinidad griega y, como en toda ciudad grecorromana, podemos imaginar la existencia en aquella zona de altares dedicados a otras divinidades, varios «monumentos sacros», como San Pablo encontró en Atenas (cf. Hch 17,23). Tenemos un contexto espacial particular, que refleja el paganismo de aquella época. La gente creía en varios dioses, dependiendo de su inclinación religiosa y de las necesidades de cada uno. Encontramos, por tanto, a Jesús y sus discípulos todavía en la zona «pagana», en los confines de la parte septentrional de Galilea.

Además, la región de Cesarea de Filipo se encuentra frente al monte Hermón, con una de las fuentes del río Jordán. En la zona se nota la concentración de los árboles de higos, observados también por los peregrinos en el Parque-Reserva natural de Banias. La higuera, con su tronco robusto y alto (llega a medir hasta de 8 metros) y con las hojas amplias, ofrece un refugio fresco contra el calor del sol. Sentarse bajo una higuera o una vid servían como símbolos del tiempo mesiánico (cf. Miq4,4).

Este contexto geográfico nos parece crucial para entender por qué Jesús ha llevado a los discípulos tan lejos de su «base» en Cafarnaúm (¡Al menos 10 horas a pie, según Google Maps!) para hacerles una pregunta fundamental sobre su identidad. Independientemente de lo que la gente en el mundo pluralista y de diversidad de opiniones religiosas piense en relación a Jesús, los discípulos son llamados a profesar su fe en Jesús como el único y verdadero Mesías del Dios de Israel, del único y verdadero Dios. Se puede intuir que la cuestión resulta también muy actual. Todo seguidor de Cristo está llamado a profesar la verdadera fe en Él, como Pedro y los demás discípulos, incluido Pablo, en medio de diversas opiniones posibles sobre su persona entre la gente. Esta concreta «toma de posición» es fundamental para dar testimonio y compartir la fe con los demás.

2. «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo»

La profesión de fe de Pedro en el evangelio de Mateo completa y, al mismo tiempo, explicita las otras formas más simples relatadas por los evangelistas Marcos («Tú eres el Mesías») y Lucas («Tú eres el Mesías de Dios»). Para una debida profundización del contenido de esta profesión, remito a varios libros de cristología. Me concentro en solo dos puntos esenciales.

En primer lugar, Jesús es profesado como el Cristo, es decir, el «mesías» en hebreo, que significa el ungido. Él es aquel ungido de Dios preanunciado por los antiguos profetas de Israel y, por ello, esperado ansiosamente por el pueblo elegido al final de los tiempos. Mientras que en la historia de Israel varios reyes, sacerdotes y, en algunos casos, hasta profetas eran ungidos por Dios, la respuesta de Pedro a Jesús acentúa la particular identidad de Jesús como el mesías, el Ungido de los ungidos, el único y definitivo, enviado por Dios con la misión de salvar a su pueblo. Además, en las palabras de Pedro podemos ver no tanto una afirmación de carácter intelectual, cuanto una expresión de adhesión a la persona de Jesús como el Cristo, en el que los apóstoles confían y ponen toda su esperanza. Por eso, Él es «el que tiene que venir» al mundo, como Jesús explicó a un perplejo Juan Bautista en la cárcel y como se declarará por boca de Marta en el evangelio de Juan: «Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo» (Jn 11,27). Con la venida de Jesús, el Cristo-Mesías, se inaugura para el pueblo elegido y para el mundo entero la esperada y predicha era mesiánica, en la que cada uno se sienta bajo su vid y su higuera, para usar todavía la imagen sugestiva de los profetas que mencionaba más arriba.

En segundo lugar, al profesar que Jesús es el Hijo del Dios viviente, Pedro declara la fe en la naturaleza divina particular de Jesús en relación con el único Dios verdadero de Israel, que se reveló a Moisés simplemente como «Yo soy», Aquel que es. A causa de este título, en la tradición bíblico- judía los ángeles y varios hombres eran llamados «hijos de Dios». Sin embargo, como se revela en el Catecismo de la Iglesia Católica, en esta profesión de Pedro se reconoce «el carácter trascendente de la filiación divina de Jesús Mesías» (nn. 442-443). Tanto es cierto que en el evangelio de Juan, Pedro declarará en nombre del pequeño grupo de los pocos que permanecieron con Jesús durante la llamada crisis de Galilea, cuando «muchos de sus discípulos volvieron atrás y no iban más con Él» después del «duro» discurso «Yo soy el pan de vida»: «nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6,69). De la misma manera, se acentúa la unicidad de Jesús, Hijo de Dios, con la expresión «Unigénito del Padre» o simplemente el Hijo (hay que agregar que, en el episodio evangélico de Mateo, la trascendencia divina parece estar unida con el título implícito que Jesús ha usado para sí mismo al preguntar a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»).

3. «Non praevalebunt» - «[El poder del infierno] no la derrotará»

Entre los evangelistas que relatan el mismo episodio en Cesarea de Filipo, solo San Mateo recoge el discurso de Jesús a Pedro después de la profesión de fe de este último. Son palabras inspiradas y profundas, que se han convertido en objeto de reflexión, estudio y debate teológico a lo largo de los siglos (¡con alguna disputa encendida hasta hoy!). Desde el punto de vista espiritual y por límite de tiempo, nos detenemos solamente en dos observaciones importantes para comprender bien el discurso.

Antes que nada, notamos el carácter particular del lenguaje de Jesús en este elogio a Pedro. Por una parte, vemos en el discurso la abundancia de expresiones semíticas, así como la forma de la bienaventuranza (bienaventurado tú, Simón), «ni carne, ni sangre» (para significar la naturaleza humana), el binomio atar-desatar (para indicar el poder total, como se ha visto en Is 22,19-23 [primera lectura]), el juego de palabras basado en el nuevo nombre de Simón como «Cefas» – piedra/roca. Esto refleja un Jesús «terrenal», por así decirlo, con su agudeza y su modo de expresarse puramente hebreo, bien arraigado en la tradición de su pueblo.

Por otra parte, el contenido del discurso deja ver a un Jesús en éxtasis, justo como en aquel momento en que pronunció la oración de alabanza a Dios por la revelación exclusiva a los pequeños: «Te doy gracias, Dios, Señor del cielo y de la tierra...» (lo hemos escuchado hace algunos domingos). Se trata de un Jesús glorioso, «supra terrestre», que con autoridad particular confirmó la profesión de Pedro como revelación de Dios mismo (llamado solemnemente «Padre mío, que estás en los cielos») y, en consecuencia, confirió a Pedro un estatus («sobre esta piedra dificaré mi Iglesia») y una misión especial («Te daré las llaves del reino de los cielos»).

Tenemos, entonces, el discurso del Jesús terreno y celeste, que revela su proyecto en relación al futuro del «Reino de los cielos» y la edificación de su «Iglesia». Hay que notar la estrecha relación entre el Reino de los cielos y la Iglesia, que Jesús declaró edificar sobre piedra, que es la persona de Simón Pedro. La palabra «Iglesia», del griego ekklesia, refleja el hebreo qahal, que indica la asamblea/congregación del pueblo, convocada por Dios (el culto). Entrar en el Reino de Dios significa lógicamente participar en la «iglesia» de Dios que Cristo edifica y llama «suya».

Es necesario acentuar el propósito de Jesús que habla de su Iglesia y de su acción para edificarla sobre la piedra que es Simón Pedro. En otras palabras, la Iglesia es de Cristo que la edifica, no es de Pedro que, con su profesión de fe, permanece un instrumento, aunque fundamental, para la fundación de ella. Hay que recordar que el Cristo mismo es visto como la roca y, en cuanto tal, no existe otro fundamento que el Cristo mismo. Así, las palabras de Cristo a Pedro deben entenderse en sentido inclusivo: para la edificación de la Iglesia, Pedro será la piedra en Cristo, la única piedra angular y fundamental de todo, y esto por voluntad del mismo Cristo. De este modo, podemos entender que, a pesar de las debilidades humanas de Pedro y de todos los demás en la Iglesia, las potencias del infierno no prevalecerán sobre ella, porque detrás de Pedro y de toda la Iglesia está Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios viviente, que sostiene a uno y a otro. Por lo demás, Jesús mismo dijo a Pedro y a los demás discípulos antes de la pasión: «Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te hayas convertido, confirma a tus hermanos» (Lc 22,31-32).

Por tanto, en esta perspectiva, recordamos la bellísima afirmación del Papa León Magno († 461): «[...] como permanece lo que Pedro ha creído en Cristo, así permanece lo que Cristo ha instituido en la persona de Pedro [...] En toda la Iglesia, Pedro proclama cada día: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo” (De Natale ipsius, III). De esta perenne y mística proclamación de fe en Cristo participa cada día también Pablo, llamado por la gracia divina de perseguidor de la Iglesia a ser el incansable apóstol de Cristo entre los gentiles. Así, como se desprende de la segunda lectura, Pablo, ya cercano a la muerte, se presenta como un atleta que ha combatido el buen combate, ha terminado la carrera y ha conservado la fe (cf. 2 Tim 4, 6-8.17-18). Su testimonio nos anima a perseverar en la fe, incluso cuando el camino cristiano-misionero se hace arduo, porque la recompensa prometida por Dios es grande: la corona de la justicia y la vida eterna.

En conclusión, Pedro y Pablo nos enseñan que la fe requiere valentía, humildad y fidelidad. Su vida es una invitación a reconocer a Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, y a dar testimonio de esta fe con coherencia y amor, incluso ante las pruebas y las persecuciones. Su testimonio nos anima a ser testigos auténticos del Evangelio en el mundo de hoy, confiando siempre en la ayuda de Dios, que nos sostiene y nos guía. Oremos para que, siguiendo el ejemplo de los santos apóstoles Pedro y Pablo, podamos ser discípulos-misioneros fieles y fervientes de Cristo, instrumentos de paz y esperanza, llevando el Evangelio a todos, con alegría y perseverancia. Amén.

Pontificia Unión Misional - D.A.N. Nguyen



martes, 24 de junio de 2025

LUIS DE LA FUENTE: "ESPIRITUALIDAD Y DEPORTE"

 Infancia Misionera en la Revista Gesto Nº 232 junio - septiembre 2025; sección "La Tribu" pag. 29; ha publicado un breve relato sobre el binomio entre espiritualidad y deporte que mora en la vida de este famoso protagonista; echemos un vistazo:

Luis de la Fuente, actual seleccionador nacional de fútbol de España, no es solo un referente en los banquillos por su estilo sereno, su inteligencia táctica y su capacidad para gestionar vestuarios. También lo es por algo menos visible, pero profundamente arraigado en su vida: su fe católica.

 En entrevistas ha hablado de la importancia que tiene para él la espiritualidad, de cómo encuentra en la oración y en la lectura del Evangelio un apoyo en los momentos de dificultad y una guía para actuar con justicia y respeto hacia los demás. 

No es casual que sus equipos se caractericen por el compañerismo, la solidaridad y el juego limpio. De la Fuente ha insistido en numerosas ocasiones en la necesidad de formar no solo buenos futbolistas, sino mejores personas. Y en esa visión integral del deporte, los valores evangélicos —la humildad, el perdón, el esfuerzo, la fraternidad— están siempre presentes.

 En varias entrevistas ha reconocido que reza cada día, especialmente antes de los partidos importantes. No lo hace como superstición, sino como una forma de confiar su labor a Dios y mantener la paz interior, sea cual sea el resultado.

 En un mundo que muchas veces busca referentes auténticos, la figura de Luis de la Fuente ofrece una síntesis poco común entre competencia, humildad y fe vivida con sencillez. No predica con discursos, sino con el ejemplo de una vida coherente, donde Dios y el fútbol caminan juntos, sin alardes, pero con profundidad.

"Quiero animaros a que continuéis también formándoos en esta inspiradora asignatura de religión, ya que forma en valores y os hará unas personas más libres."

 Luis de la Fuente

martes, 17 de junio de 2025

El Espíritu Santo mueve la misión en Toledo

 En la entrevista, concedida a las Obras Misionales Pontificias, unos chicos de Toledo, que van a hacer una experiencia de misión este verano, cuentan cómo les vino la idea de poner en marcha un festival de música católica que tendrá lugar este sábado 21 de junio, en medio de las fiestas del Corpus de Toledo. En la entrevista también hablan de sus inquietudes misioneras y, sobre todo, de Dios, al que hay que poner en el centro de nuestras vidas. En esta entrevista:

“El festival surgió a raíz de un concierto católico que tuvimos en Toledo”, cuenta Irene. “Estaba allí uno de los concejales de Toledo. Pilar y yo, que muchas veces siempre hacemos todo relacionado con el Señor juntas, nos surgió como un deseo muy fuerte de decirle oye, y por qué no hacemos esto, pero a lo grande en Toledo, que al final en Toledo es donde vivimos y nunca se ha hecho un festival así. Y se lo comentamos y nos dijo que sí. Y estaba por allí también el alcalde de Toledo. Se lo dijimos también. Nos dijo que sí y a raíz de ahí –esto fue en noviembre–, no volvimos a saber nada hasta febrero que nos volvieron a escribir. Nos dijeron: oye, tenemos una fecha para vuestro festival en pleno Corpus Toledo, el 21 de junio. Dijimos: en el Corpus, es que es el Señor. Dijimos que sí”.

David que, junto Irene y Pilar, ha impulsado este festival –que lleva como título “Más allá del ruido”, cuenta que “muchas veces tenemos mucho ruido y el ruido no solamente se puede asociar con lo que viene del sonido, sino con nuestra propia rutina. Por lo tanto, nosotros queríamos un poco parar el tiempo y ver qué hay más allá de todo ese ruido, de todo eso que nos rodea a cada uno de nosotros, en lo cual está el Señor, pero solamente le vemos en muchas ocasiones cuando nos paramos, cuando decimos voy a ver qué está ocurriendo en mi vida, de dónde viene y hacia dónde va. Y en todo eso, en todo eso está el Señor. Tenemos unas camisetas y en las camisetas hablábamos de que el Señor escribe nuestra canción. El Señor ha escrito nuestra canción, nosotros ya simplemente estamos en todo ese proceso de mucha melodía en el cual habrá más gente cantando, menos gente cantando. Todo el mundo se puede unir a nuestra canción. Católicos, no católicos, al igual que el festival está abierto a todo el mundo y tiene un fin. Y ese fin es también dado por el Señor. Entonces, queríamos aprovechar para, un poco, como labor de evangelización, y no solamente como labor de evangelización, sino para también mostrar lo que es la vida detrás de todo esto”.

“Los artistas que van a venir”, enumera Irene, “son Estenez, que era conocido como Grilex, James Herrera, Shemá, Javier Portela, Siete días que son un grupo de Toledo, Kénosis y varios raperos que serían Aisha Ruah, Dom Pr y NFTW. Bueno, tiene una importancia vital. El Corpus es la fiesta mayor de Toledo y en la Fiesta Mayor de Toledo debe de haber cabida a música católica. Entonces, al final el festival está hecho por y para el público, por y para todo el mundo. Ya no solamente la gente de Toledo, sino toda la gente que quiera venir, que está invitada. Entonces, aprovechando esa fiesta mayor que es el Corpus Christi de Toledo, aprovechando todos los eventos que se van a realizar, pues por qué no va a haber cabida a un festival en el cual haya músicos católicos. A ver, lo que pretendemos es que vean que la música católica, pues al final es igual que cualquier tipo de música, porque al final dicen o música católica y rechazan muchas veces escucharla. Pero es que es pop católico, rap católico, hay hasta reggaetón católico. Entonces cualquier persona que esté allí, si le gusta ese tipo de música, es que por mucho que sea católica, le va a gustar. Lo que pretendemos es que gente que no conozca ninguno de estos grupos, que esté por ahí, casualmente, se quiera quedar porque le guste. Y estaría muy bien que a raíz de eso, pues como que conociese más de cosas católicas, por ejemplo, los mensajes de las letras y de todo lo que los grupos quieran transmitir”.

David dice que “Dios no está donde ve el hombre, sino que Dios está dentro de nuestro corazón. Por lo tanto, muchas veces nosotros vamos por la calle andando y vemos a millones de personas que tienen cada uno su vida. Y muchas veces no somos capaces de ver que Dios también está dentro de sus corazones. También es como una invitación a decir: mira lo que Dios te tiene preparado. Sal de tu rutina y déjate un poco hacer. No pretendemos que tú te conviertas, pero simplemente dale una oportunidad. Al igual que tú en tu vida das muchísimas oportunidades a muchísimas personas, por qué no vas a dar una oportunidad a algo que desconoces, algo que posiblemente te va, que seguro que te va a hacer muy feliz, pero tú lo desconoces”.

Ver entrevista completa.


XXXIV Edición de la Escuela de Formación Misionera

 XXXIV Edición de la Escuela de Formación Misionera
Curso 2025
15 septiembre a 5 diciembre

          La Escuela de Formación Misionera anuncia la apertura del plazo de matrícula para su XXXIV edición, que tendrá lugar del 15 de septiembre al 5 de diciembre de 2025. Un año más, la Escuela contará con más de 30 profesores misioneros especialistas en su área, quienes, a lo largo de los 4 bloques de contenidos, acompañarán a los alumnos en el proceso de profundización sobre los fundamentos de la misión, retos y desafíos, marco global de acción misionera y los diferentes ámbitos culturales de la misión.

          La Escuela de Formación Misionera tiene como finalidad ofrecer un espacio de reflexión y de formación misionera de preparación inmediata para quienes parten a la Misión ad gentes, quienes llegan a España como destino de misión, y quienes buscan un espacio de reciclaje de formación misionera. Esta formación está dirigida a religiosos, sacerdotes y laicos, en una apuesta de formación conjunta al servicio de la misión de la Iglesia Universal.

La Escuela continúa apostando por la formación presencial, siendo este el formato privilegiado de asistencia. Este año, como novedad, se ofrece también la modalidad de formación online para quienes, por motivos excepcionales, la asistencia presencial sea inviable. De esta manera, la Escuela de Formación Misionera busca dar respuesta a las necesidades de formación misionera de quienes residen fuera de España o de quienes partieron a su destino de misión sin realizar la formación.

          Recordamos que, desde el curso 2024, la Escuela está adscrita al Instituto Superior de Ciencias Religiosas y Catequéticas San Pío X integrado en la Universidad Pontificia de Salamanca.

          El programa detallado del curso y el acceso al formulario de inscripción está ya disponible en www.EscuelaFormacionMisionera.org


Escuela de Formación Misionera
info@escuelaformacionmisionera.org


viernes, 13 de junio de 2025

Comentario: Solemnidad de la Santísima Trinidad

Unión Misional Pontificia – D.A.N. Nguyen – Año C – Comentario Domingo Santísima Trinidad

 DOMINGO. SANTÍSIMA TRINIDAD, solemnidad (AÑO C)
 Prov 8,22-31; Sal 8; Rom 5,1-5; Jn 16,12-15 

 La misión de la Trinidad 

 La solemnidad de la Santísima Trinidad se celebra el domingo siguiente a Pentecostés, es decir, después de la celebración de la efusión del Espíritu Santo. Esta secuencia se debe a que, como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica «el envío de la persona del Espíritu tras la glorificación de Jesús (cf. Jn 7,39), revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad» (Catecismo de la Iglesia Católica 244). Se trata del «misterio central de la fe y de la vida cristiana», como señala el Catecismo, que continúa al respecto: «Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la “jerarquía de las verdades de fe” (DCG 43). “Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo” (DCG 47)» (Catecismo de la Iglesia Católica 234). 
La Santísima Trinidad es, pues, el misterio de los misterios y, como misterio de Dios, permanece siempre insondable a pesar de los esfuerzos humanos. Por eso, la solemnidad de hoy, con las oraciones y las lecturas de la misa, ofrece la oportunidad, no tanto de explicar todo lo relativo al misterio de la Trinidad, sino de invitarnos a los cristianos a contemplar, aún más profundamente, la vida del Dios trino en el que está inmersa nuestra vida. 

 1. Un misterio divino revelado pero humanamente inaccesible

 En primer lugar, al hablar de la Trinidad, hay que subrayar con fuerza que se trata de un misterio inaccesible a la mente humana, y que sólo se revelará al final de los tiempos a través de la misión de Jesús y del Espíritu. En pocas palabras, creemos en el Dios trino, Padre, Hijo, Espíritu Santo, no gracias a algún razonamiento humano que nos convenza y nos haga “entender” una realidad tan compleja, sino única y exclusivamente en base a la revelación de Jesucristo, transmitida por los apóstoles bajo la acción del Espíritu Santo, llamado por Jesús en el evangelio de hoy como “Espíritu de la verdad”, que “guiará [a los apóstoles] hasta la verdad plena”.

 El Catecismo nos enseña a este respecto: 
 La Trinidad es un misterio de fe en sentido estricto, uno de los misterios escondidos en Dios, "que no pueden ser conocidos si no son revelados desde lo alto" (Concilio Vaticano I: DS 3015). Dios, ciertamente, ha dejado huellas de su ser trinitario en su obra de Creación y en su Revelación a lo largo del Antiguo Testamento. Pero la intimidad de su Ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón e incluso a la fe de Israel antes de la Encarnación del Hijo de Dios y el envío del Espíritu Santo. (Catecismo de la Iglesia Católica 237).

 Por tanto, para explicar el misterio de la Trinidad, cualquier razonamiento, imagen o metáfora terrenal (como los tres estados del agua, las tres acciones del rayo de luz...) nunca será suficientemente satisfactorio, aunque pueda ayudarnos a “entender” en parte. (De hecho, con este tipo de explicaciones humanas a veces se corre el riesgo de que surjan más preguntas y perplejidades que antes, así como una visión no del todo exacta de la realidad divina).

 El único fundamento seguro siguen siendo las palabras y los hechos de Jesucristo en los Evangelios transmitidos en la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo. Creemos en la Trinidad porque creemos en Jesucristo que llama a Dios Padre, que se llama a sí mismo Hijo y que revela al Espíritu Santo. Por eso el Papa Francisco reiteró con autoridad y sencillez en una de sus enseñanzas «Es un misterio que nos ha revelado Jesucristo: la Santa Trinidad» (PAPA FRANCISCO, Ángelus, Plaza de San Pedro, Solemnidad de la Santísima Trinidad - Domingo, 30 de mayo de 2021). 

A este respecto, siempre es útil recordar la historia (legendaria) de San Agustín, doctor de la Iglesia, que en su época trató de comprender el misterio de la Trinidad (¡nos dejó para la posteridad un gran tratado, De Trinitate, en 15 volúmenes sobre la Trinidad!). Mientras estaba ocupado meditando sobre esto, caminando por la orilla del mar, de repente vio a un niño jugando en la playa. El niño se afanaba en sacar agua del mar con una concha y verterla en un agujero que había escavado en la arena. El santo le preguntó con curiosidad: “¿Qué estás haciendo” Y la respuesta fue: “Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo”. Y San Agustín le dijo, riendo: “Mi querido niño, ¿no ves lo grande que es el mar y lo pequeño que es tu agujero? ¿Cómo puedes pensar en meter toda el agua del mar en él?, es imposible” En ese momento, el niño se convirtió en un ángel y dijo a Agustín: “Más imposible es lo que tú estás haciendo. ¿Cómo puedes tratar de comprender en tu pequeña mente el misterio de Dios?”. 

 2. La misión de la Trinidad para la humanidad

 El misterio de la Trinidad debe experimentarse y vivirse cada vez más para crecer constantemente en su comprensión. En realidad, el Dios trino revela su vida interior a través de su acción, su misión, en la historia humana, como expresa la oración de la Colecta: «Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable». Desde aquí podemos ver claramente el proceso de revelación trinitaria precisamente en el envío, es decir, en la “misión”, del Hijo y del Espíritu, y esto sirve no sólo para dar a conocer algo sobre la vida divina, sino también y sobre todo para donar la plenitud de tal vida a todos los que abren su corazón para recibirla. En otras palabras, Dios se revela en su misión para la salvación y felicidad del hombre, desde la creación hasta el fin del mundo. 

Así, en la plenitud de los tiempos, la misión de Dios Padre es realizada concretamente por Jesucristo, el Hijo de Dios mismo, y esta misión del Padre y del Hijo es luego continuada en el tiempo por el Espíritu Santo. Así surge la cadena de la misión divina en la historia, missio Dei - missio Christi/Filii - missio Spiritus Sancti. Esta cadena, sin embargo, sólo sirve para marcar los diversos períodos históricos anteriores y posteriores a la vida terrenal de Cristo, Hijo y Verbo encarnado del Padre, porque la misión divina para la salvación de la humanidad fue, es y será siempre cumplida conjuntamente por todas las personas de la Trinidad: Padre, Hijo, Espíritu Santo, en una perfecta unidad divina. Por lo tanto, utilizando un juego de palabras en italiano, el misterio de la Trinidad es el misterio del Dios trino que “si fa in quattro” para llevar la salvación y la felicidad divina a la humanidad (En italiano, la expresión “si fa in quattro” quiere decir que “hace lo imposible”). Esto ya se podía ver, de forma misteriosa, en los relatos de la creación del Antiguo Testamento con la presencia de la Sabiduría divina junto a Dios creador (primera lectura), así como con la referencia a la acción del Espíritu de Dios (cf. Gen 1,2; Sal 104,30). Jesús mismo ha afirmado que el Padre siempre actúa y también Él (cf. Jn 5,17), y el icono bíblico emblemático de la “cooperación trinitaria” en la misión divina para la humanidad sigue siendo la escena del bautismo de Jesús en el río Jordán. Más aún, la interacción y “cooperación” entre las Personas divinas en el anuncio de las cosas de Dios se vislumbra también en el evangelio de hoy, a partir de la explicación de Jesús a sus discípulos: «Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que [el Espíritu] recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

 La misión constante del Dios uno y trino para el hombre se cumple por y en el amor, al igual que se revela con y en Jesús, el Hijo de Dios, que declara: «Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16). No puede ser de otro modo, porque «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16), y esto quiere decir cómo nos ha explicado el Papa Francisco recientemente, «El Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu Santo es amor. Y en cuanto es amor, Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Porque el amor es esencialmente don de sí mismo, y en su realidad originaria e infinita es Padre que se da generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad» (PAPA FRANCISCO, Ángelus, Plaza de San Pedro, Solemnidad de la Santísima Trinidad - Domingo, 30 de mayo de 2021).

 3. Nuestra misión en la Trinidad

 Como nos revela la Palabra de Dios en la Escritura, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26-27), de ese Dios que se ha revelado como uno y trino “Trinidad perfecta y simple Unidad” (expresión de San Francisco de Asís) de la comunión y del amor divino. «Pues en él vivimos, nos movemos y existimos», como recuerda San Pablo en su discurso misionero en Atenas (Hch 17,28). Además, como cristianos, todos estamos ya inmersos en la Trinidad por el bautismo, por lo que seguimos inmersos en la vida divina, esa vida eterna del Dios uno y trino. De este modo, estamos llamados a vivir plenamente la vida que nos ha sido donada, experimentando su presencia en nosotros y conociendo así cada vez más el abundante amor por nosotros de las tres Personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Como subraya Jesús en su oración al Padre antes de su pasión: «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo» (Jn 17,3). Tal será nuestra misión en la Trinidad, la misión que vivimos ante todo por nosotros mismos, para poder testimoniar y compartir con los demás la gracia de la vida divina en comunión con el Dios uno y trino que tanto nos ha amado y que continúa “a farsi in quattro”, haciendo lo imposible, para salvar aunque sea a un solo hombre. 

 Sugerencias útiles:

 PAPA LEON XIV, Discurso a las Obras Misionales Pontificias, Sala Clementina, Jueves, 22 de mayo de 2025 Antes de concluir el discurso de esta mañana, quisiera reflexionar con ustedes sobre dos elementos distintivos de la identidad de las Obras Misionales Pontificias. Que pueden ser descritas como comunión y universalidad. Como Obras encargadas de participar en el mandato misionero del Papa y del Colegio episcopal, ustedes están llamados a cultivar y promover en sus miembros la visión de la Iglesia como comunión de creyentes, animada por el Espíritu Santo, que nos hace entrar en la perfecta comunión y armonía de la Santísima Trinidad. En efecto, es en la Trinidad en quien todas las cosas encuentran su unidad. Esta dimensión cristiana de nuestra vida y misión la llevo en mi corazón, y se refleja en las palabras de san Agustín que elegí para mi servicio episcopal y ahora para mi ministerio pontificio: In Illo uno unum. Cristo es nuestro Salvador y en Él somos uno, la familia de Dios, más allá de la rica variedad de nuestras lenguas, culturas y experiencias. 

El tomar conciencia de nuestra comunión como miembros del Cuerpo de Cristo nos abre naturalmente a la dimensión universal de la misión evangelizadora de la Iglesia, y nos inspira a ir más allá de los confines de nuestras propias parroquias, diócesis y naciones, para compartir con toda nación y pueblo la sobreabundante riqueza del conocimiento de Jesucristo (cf. Flp 3, 8).

 Un enfoque renovado en la unidad y universalidad de la Iglesia corresponde precisamente al carisma auténtico de las Obras Misionales Pontificias. Como tal, debe inspirar el proceso de renovación de los estatutos que ustedes han iniciado. A este respecto, expreso mi confianza en que este proceso confirmará en su vocación de ser fermento de celo misionero dentro del Pueblo de Dios a los miembros de las Obras en todo el mundo.

 PAPA FRANCISCO, Ángelus, Plaza de San Pedro, Solemnidad de la Santísima Trinidad - Domingo, 30 de mayo de 2021 Dios es el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Tres personas, pero Dios es uno! El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu es Dios. Pero no son tres dioses: es un solo Dios en tres Personas. […] Son Personas. Está el Padre, al que rezo con el Padrenuestro; está el Hijo que me ha dado la redención, la justificación; está el Espíritu Santo que habita en nosotros y habita en la Iglesia. Y este nos habla al corazón, porque lo encontramos encerrado en esa frase de san Juan que resume toda la revelación: «Dios es amor» (1Jn 4,8.16). El Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu Santo es amor. Y en cuanto es amor, Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Porque el amor es esencialmente don de sí mismo, y en su realidad originaria e infinita es Padre que se da generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad.

 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 

244 El origen eterno del Espíritu se revela en su misión temporal. El Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia tanto por el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve junto al Padre (cf. Jn 14,26; 15,26; 16,14). El envío de la persona del Espíritu tras la glorificación de Jesús (cf. Jn 7,39), revela en plenitud el misterio de la Santa Trinidad. 

253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" (Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). 

255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331).